sábado, 13 de agosto de 2011

9 de Agosto. De Puno a Cuzco

Hoy, para variar, hemos vuelto a madrugar. A las siete de la mañana ya estamos con las maletas en el taxi después de desayunar y despedirnos del lago Titicaca. Llegamos al bus, embarcamos y salimos hacia Cuzco en un viaje especial con paradas turísticas, o sea, cómo convertir un recorrido de 360 Km en un viaje de 9 horas...


Volvemos a pasar por Juliaca y comprobamos que sigue siendo igual de horripilante que hace cinco días. Seguimos viaje y paramos en Pukará, capital de la cultura Pukara. Es muy curioso, está muy bien. Volvemos al bus y nos dan té o refresco para tomar mientras llegamos a la siguiente parada: La Raya, un puerto a más de 4.300 metros de altitud plagado de tenderetes para los turistas y niñas vestidas de andinas con alpacas y corderitos bebé para hacernos fotos con ellas por un sol (25 céntimos de Euro). Tras las fotos volvemos al bus y nos vuelven a ofrecer bebidas. Al rato llegamos a Siquani donde comemos en plan buffet ( pero típico andino), en comer vemos nuestras primeras llamas, ya que estamos más bajos de altitud y ya no es terreno de alpacas. Atravesamos el altiplano peruano, que por cierto está precioso, con unas nubes...

tras otra bebida y 80 Km más, llegamos a Raqchi, vemos el impresionante templo a Wiracocha con sus muros de 15 metros de altura y las historias super-interesantes que nos cuenta el guía... Volvemos al bus y ésta vez sin bebidas llegamos a Andahuaylillas, donde se encuentra la llamada "capilla Sixtina de América". Es muy muy chula. Ya estamos entrando en Cuzco y casi es de noche. Y aquí empieza la aventura del día.


Nos aborda un guía muy pesado apenas bajamos del bus, para quitárnoslo de encima le cogemos la tarjeta y nos vamos en un taxi a nuestro hotel. Empezamos bien. La calle es tan estrecha que el taxi no cabe, así que caminamos con dos maletas enormes y dos mochilas por una calle empedrada y con una regacha de 30 cm. de profundidad en el centro. Llegamos al sitio, y no tiene apuntada nuestra reserva, aunque nos dice que tiene habitaciones, pero estamos 20 minutos esperando a que encuentre la llave. Entre tanto nos damos cuenta de que el sitio es mucho más cutre de lo que parecía por internet, así es que decidimos llamar al guía pesado de la estación (Arcadio) y le solicitamos hotel y que nos informe sobre las excursiones para éstos días. Bajamos de nuevo la horrible calle adoquinada con piedras de río enormes y la dichosa regacha hasta donde nos ha dicho que nos recogerá. Nos lleva a un hostal más majico y muy bien situado. Nos comenta las excursiones que tiene, estamos de acuerdo en la de la ciudad de Cuzco y en la del valle sagrado, pero para Machu Picchu nos pide 500 dólares por los dos... Nos quedamos alucinados, Esther se pone nerviosa y le pregunta y le pregunta dónde se van los 500 $ si la entrada son 50 $, el tren y el hotel ya los tenemos y el bus son 15 $...?

el otro le contesta con evasivas. Entonces le decimos que preferimos no ver Machu Picchu que pagarle una propina de 350 $. A partir de aquí tode va como una seda, se ofrece a ayudarnos a conseguir todos los billetes necesarios para ir por nuestra cuenta, si le cogemos las otras dos excursiones. Nos parece bien.


Damos una vuelta por Cuzco y a dormir que mañana hay que madrugar...


Besos para todos...

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